Cuando el temor te impulsa a saltar al vacío

Me gustaría aparcar por un pequeño instante todos mis problemas por muy jodidos que sean y ponerme la chaqueta de los que huyen de su tierra porque no tienen más alternativa.
¿Cómo se sentirán aquellos que pierden su vida por temor a que se la quiten? Sí, has leído bien, perder la vida por temor a que te la quiten. Dejar de tomar decisiones, de buscar objetivos, de opinar, de progresar, de conversar, de disfrutar, de amar… por única y exclusivamente centrarte en sobrevivir es, sin duda alguna, perder tu vida mientras aún puedes respirar.
¿Cómo debe ser eso de huir de todo aquello que conoces porque ha dejado o dejará de existir debido a la acción de aquellos que distan mucho de ser seres humanos? Afganistán, Siria, Somalia, Sudán del sur, Uganda, Venezuela, El Salvador, Cuba, Honduras… guerras, hambre, violencia, colapso económico, miedo… son los ingredientes que hacen que estas personas pierdan su vida.
¿Cómo ha de sentirse aquel que se encuentra atrapado en un lugar en el que la vida no vale nada? Donde te liquidan con la misma facilidad con la que se abre una lata de refresco, donde no se puede pensar libremente, es más, donde no se puede ser libremente porque si eres mujer estás relegada a ser una especie de esclava sin ningún tipo de derecho y si eres homosexual estás en el paredón de fusilados.
 ¿Cómo debe ser empezar de nuevo en un lugar en el que puede que desconozcas hasta el idioma?, en el que sus costumbres serán diferentes, en el que no sabes a quien ni a donde acudir porque no conoces nada ni a nadie, en el que llegas no por gusto sino por miedo y algo de esperanza. 
¿Cómo ha de ser darte de golpe con una realidad muy diferente de aquella que te imaginabas? Que tus expectativas sobre el país al que llegas sean más ficticias que reales, que tus oportunidades sean limitadas y que los juicios sobre ti disten tanto o igual que dicha realidad. Puede que te quede el consuelo de pensar que mejor que en tu tierra sí que se está pero los constantes golpes recibidos hasta aquí deben generar una desazón y una angustia desmesurada.
Seguramente sea imposible acercarse lo más mínimo a percibir algo similar al sentir de todas estas personas y con ello tampoco solucionaremos nada pero tomar conciencia de ello a nivel particular puede que sea una primera piedra para un futuro cambio global.

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