HUMOR COMO PENICILINA DEL SIGLO XXI



INTRODUCCIÓN

Lo primero que quiero destacar antes de comenzar con este escrito es que todo lo que intento exponer tiene como eje principal el respeto a las personas, si en algún momento te puedes sentir atacado o herido, te pido perdón de antemano.
Debido al tiempo que nos está proporcionando el confinamiento a la gran mayoría de personas, entre otras cosas, a mi me ha dado por escribir aquello que por circunstancias antes no me paré a redactar. Hasta el momento me he referido a la empatía como concepto global, al distanciamiento de aquellas actitudes que a mi entender están mejor lejos de nosotros y a la búsqueda de energía positiva por uno mismo. Los acontecimientos que estamos experimentando me han llevado a intentar buscar un as en la manga que nos pueda llevar a afrontar esta realidad de una manera más liviana. A todo aquello que me ayuda a llevar la vida de la mejor manera posible, y que he intentando plasmar en los anteriores escritos, creo que es necesario añadir un ingrediente que puede que sea común a todos los guisos, EL HUMOR. Vamos a intentar darle un enfoque que le asemeje a esa penicilina que en su momento parecía valer para todo.

LA ACTUALIDAD

En este momento nos encontramos en plena pandemia mundial por un virus que se propaga de una manera brutal y para el que aún no existe vacuna. Esto es una situación más que nueva para todos, incluso para los que nos gobiernan. Ahondar en si hay intereses alrededor del virus o de las medidas que se están tomando, no es el caso de este escrito aunque tengamos conciencia de que algo raro pasa. El caso es que ante un problema, siempre he pensado que lo primero es ver de donde proviene, después intentar analizarlo y comprenderlo, ver alternativas de la manera más objetiva posible y buscar soluciones en vez de limitarnos a criticar aquello que hacen los demás. Lo malo viene cuando ves que el problema se alarga en el tiempo y todo aquello que tienes interiorizado y que normalmente te mantiene sereno, empieza a vibrar en ciertos momentos por el terremoto que sufrimos. Ante la mala gestión de la situación por parte de muchos, y respetando al máximo a aquellas personas que lo han pasado horrible, que lo siguen pasando y que lo pasarán mal aún, se me ha venido a la cabeza el humor como “despresurizador” de situaciones complicadas. Como hemos dicho que el objetivo no es ahondar en la mala gestión (no solo por parte de la clase política), sino del aprendizaje que me ha brindado esta oportunidad de darme cuenta de la importancia del humor ante cualquier situación, intentaré entreteneros al respecto con ello.

LA UNIVERSALIDAD DEL SENTIDO DEL HUMOR

Me he dado cuenta del poder que tiene el humor en todos los aspectos de nuestra vida. Puede que sea el mayor descongestionador de mente que pueda existir. Cuando la comprensión, la paciencia, la búsqueda de soluciones, la empatía y demás aspectos maravillosos se llegan a tambalear, puede aparece el sentido del humor para rebajar esa tensión y permitirnos empezar de cero o incluso continuar, pero sin perder el raciocinio. Por mucha fortaleza y equilibrio mental que uno pueda tener, cuando te mueves en ciertas circunstancias, es fácil que las pulsaciones se disparen y comiences a no ver tan claro una respuesta a dichas particularidades. Me he dado cuenta de que el humor hace un efecto en mi cabeza que no tenía constancia real de ello. No es una de mis cualidades eso de ser gracioso, ni tengo idea de contar chistes aunque me han contado millones, ni nada por el estilo, pero hay algo que hace que cuando parece que no eres capaz de aguantar más, aparezca ese balón de oxígeno llamado sentido del humor que te ilumina un poco el horizonte. En casi todas las situaciones complicadas de mi vida ha terminado por aparecer ese momento en el que te miras al espejo y te dices con toda la ironía que conoces, “vaya puta mierda de día" y terminas riendo a carcajadas sin conseguir frenar hasta que la cabeza quiere. El humor proporciona principalmente alegría, pero es antídoto para muchas más cosas de lo que pensamos. Vamos a hacer un pequeño repaso del efecto del humor de manera directa o indirecta en los diferentes ámbitos de nuestra vida.

ÁMBITO PERSONAL

Cuando todo va sobre ruedas, el humor nos sirve de transporte para disfrutar aún más del buen momento que vivimos. Dani Rovira dijo algo como “la vida me sonríe, pero siempre espero que me lleve a la carcajada “. El sentido del humor creo que es ese plus para mejorar lo que ya es bueno de por si.
En el caso de que nuestro día a día no sea tan plácido, el humor puede servir de herramienta para relajar el ambiente y sobre todo tu cabeza. Cuando no eres capaz de entenderte con la gente que te rodea, ya sea tu mujer, tu hijo, tus padres o quien sea, y tu capacidad de relativizar la situación se vaya acabando, intenta sacar esa ironía que te caracteriza para aliviar tensiones y enfocar el problema de mejor manera.
También puede ser un buen parche para aquellas situaciones que no funcionan, pero que por miedo o por necesidad, tienes que aguantar el tirón. Podría ser desde un trabajo que desempeñas por necesidad a una relación tóxica que no eres capaz de apartar, por poner un ejemplo. El hecho de tener que soportar esta situación, hasta armarte de valor para tomar otro camino, se puede hacer muy cuesta arriba. Si consigues poco a poco tomarte la situación con cierto humor, puede que encuentres ese valor suficiente para tomar la decisión que necesitas. El miedo nos bloquea y el sentido del humor puede actuar como ese tres en uno que nos afloje dicho bloqueo.
También puede ser una gran medicina para la no comprensión de nuestros hijos en sus diferentes etapas y todo aquello que rodea a cada una. A mí, particularmente, me ha ayudado a aceptar ciertas circunstancias que engloba el ser padre. Por mucho que tengas consciencia de lo que supone, no puedes llegar a comprender lo que realmente condiciona tu vida hasta que comienzas a experimentarlo. Hablo de mi caso que es el que mejor conozco claro, aunque hay gente para la que es coser y cantar. El caso es que en esos momentos en los que te encierras en el baño desesperado y crees no poder más, puedes volverte a mirar al espejo y decirte eso de “vaya puta mierda de día” y terminar descojonándote de manera incomprensible. Si esta situación la generas mirando a los ojos de tu mujer, posiblemente terminéis los dos llorando, pero de esa risa que hace relativizar todo de manera casi mágica. 

ÁMBITO SOCIOPOLÍTICO

No soy partidario de hablar de política, ni de fútbol, ni de religión, pero necesito apuntar algo al respecto porque ha sido parte del detonante de este escrito.
El hecho de que la sociedad y la clase política actúe de una forma algo incoherente y esto nos afecte de manera directa a nosotros, te puede llevar a cierta frustración, ya que no está directamente en tu mano poder cambiar nada. Ante esto, hay veces que la solución menos mala para no nublar tu relativa cordura, es tomárselo a “cachondeo”. El caso es que observas que las críticas que hacemos a las medidas que en nuestra opinión son defectuosas, las acompañamos con acciones que nos perjudican más aún a todos. Da la sensación que muchos avivamos más el fuego con nuestros actos cotidianos que los mismos gobernantes con su falta de eficacia. La única manera que creo eficiente para no entrar en bucle en este aspecto es tomarte con cierto humor una situación en la que está en juego la salud, la economía y el bienestar social. Suficiente complicado está el horizonte como para seguir echando gasolina a la hoguera a nivel mental.

ÁMBITO LABORAL

Voy a explicar este aspecto de manera autobiográfica ya que creo que es la manera más fácil de transmitirlo. 
Me dedico a la hostelería desde hace casi 20 años, incluyendo los inicios en las temporadas de verano en las que aún estudiaba. Desde el bar en el que comencé, hasta el hotel en el que actualmente trabajo, encuentro como denominador común de un buen hacer, la capacidad desinhibidora del sentido del humor. Me refiero a un humor comedido o irónico que hace que en los momentos de mayor tensión seas capaz de dar lo mejor de ti. 
Trabajar en equipo y de cara al público con la cantidad de personalidades diferentes y de formas de entender la vida tan dispares, puede hacerse complicado en ciertos momentos. Cuando falla la empatía, la comprensión, las alternativas y demás, solo nos queda un as en la manga para no llegar a la frustración, y ese, sin lugar a dudas, es el humor.
Con la premisa de ir a pasar un buen rato con unos amigos y de paso trabajar un poco, estuvimos alrededor de quince temporadas ofreciendo bodas, comuniones, bautizos y demás, en un pueblecito de Guadalajara. Evidentemente que era un complemento a un saber hacer, pero el hecho de que girara todo entorno a esa premisa, hizo que superáramos ciertos obstáculos como la época de crisis de 2008 en adelante  (con muchas dificultades eso si), un cambio radical de equipo ya que muchos empezaron a conseguir sus objetivos laborales, y una competencia brutal que no existía al inicio del proyecto. El caso es que ahí comencé a entender que nos sacamos mucho más partido aportando cercanía y cierto humor a nuestra profesionalidad, que la rigidez del uno más uno es dos, que también da resultado, pero no llega a alcanzar los objetivos del primer caso, desde mi humilde opinión. 
Evidentemente no todos los trabajos tienen la suerte de poder tomarte con humor ciertos momentos complicados, pero tengamos en cuenta que puede que sea un gran clarificador de nuestras ideas en momentos en que la tensión nos nubla.
 
VAYAMOS CONCLUYENDO

Analizando un poco de manera general el comportamiento de nuestro entorno, la verdad es que creo más que imprescindible el aporte de humor a nuestro día a día. Tengo la percepción de que el ser humano tiende a involucionar. Hemos pasado de ir caminando casi a cuatro patas, a ir poco a poco irguiéndonos y desarrollando la inteligencia hasta límites insospechados. El problema es que en vez de seguir irguiendo nuestra mente ya que nuestro cuerpo está totalmente erguido, hay personas que vuelven a torcer su tronco para mirarse únicamente al ombligo. Por suerte no es algo extremadamente generalizado, pero si encuentras estas actitudes a tu alrededor y en algún momento te saca parcialmente de tus casillas, tómatelo con cierto humor e intenta aportar tu granito de arena para que no se extienda. Tengamos la esperanza de que esa gente coherente y que hace de su mundo un entorno mejor, expanda su buen hacer y  contagie a la mayor cantidad de personas posible. Mientras tanto, cuando lo que observemos nos irrite en exceso, tomémoslo con el humor necesario para no caer en el desánimo. 
Hagamos del sentido del humor un pegamento para que postura antagónicas lleguen a aunar fuerzas por el bien común. Sigamos potenciándolo cuando nos obcequemos en nuestra terquedad y continuemos impulsándolo para rebajar tensiones propias y ajenas que favorezcan esos acercamientos que tan necesarios son en todos los aspectos de nuestra vida.
Es lógico estar desencantado o decepcionado con ciertas actitudes que muestra la gente de nuestro alrededor e incluso con algunas propias, pero probemos a  aligerar la mochila con humor e ironía. 
Seguramente seas más que consciente de todo lo escrito, pero nunca está demás compartir estas reflexiones para seguir ese entrenamiento constante y necesario que hace que nuestra mente no se bloquee y siga en constante movimiento.


Alfonso González Gómez                                            mayo 2020
 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA HISTORIA DE UN LIBRO QUE NO IBA PARA LIBRO

RESPONSABILIZATE, NO TE ESCONDAS.

DE LA EXPECTATIVA A LA PREDISPOSICIÓN