OBJETIVOS NATURALES





 ¿Por qué nos empeñamos en forzar ciertas situaciones que deberían llegar de manera natural?

  ¿Es necesario obsesionarse con encontrar pareja y agudizarlo a partir de cierta edad? ¿Tenemos que irnos a vivir con dichas parejas porque toca o porque nos ilusiona? ¿Te casas para dar un impulso a tu relación o porque realmente lo deseas? y la joya de la corona… ¿Honestamente, por qué decides tener un hijo?.

Quizá te parezcan de locos todas estas preguntas pero por desgracia hay respuestas que crean historias completamente “suicidas” a nivel emocional y que aún poniendo remedio con el tiempo, éste ha seguido corriendo mientras tanto y ya no volverá. 

Todos la cagamos más de mil veces en nuestra vida por poner un número pero cuando se trata de estos objetivos naturales intentemos no forzar la máquina, dejemos que fluya lo que tenga que fluir y se frene lo que se tenga que frenar. Intentemos no dejarnos llevar por ese camino establecido de nacer, crecer, tener pareja, convivir, casarse y tener hijos porque del crecer en adelante hay tiempo para todo incluso para quedarte en crecer.

Te invito a no buscar pareja a la desesperada, a que no saques un clavo con otro clavo, a que no te vayas a vivir con alguien porque toca después de X años, a no casarte para dar un impulso a tu relación y mucho menos a tener un hijo para afianzar una pareja; quizá te funcione pero si no es así, puede que pases una temporada muy jodido en el mejor de los casos sin necesidad de ello y puede que marques a otras personas sin que lo merezcan lo más mínimo.

Desde mi humilde opinión todo esto debe salir tan natural como el respirar, si en algún momento se duda o se siente que las cosas no funcionan, date un tiempo, intenta reconducir la situación y si consigues revertir lo que no funciona y a través de ahí consigues que ahora sí salga de dentro, hazlo, si aún no funciona, intenta plantearte otras alternativas porque la vida vuela. 

También hay veces que aunque en su momento esos objetivos naturales aparecieron de manera espontánea, la evolución de las personas a veces hace que con el tiempo se conviertan en forzados y aquí tendríamos que volver a empezar. Lucha por revertirlo en el caso de que quieras darle la vuelta o toma otro camino si ves que no hay remedio pero intenta no mantenerte inmóvil porque la vida sigue volando.

Con esto no quiero ser catastrofista ni mucho menos si no intentar que tomemos conciencia de que hay cosas en la vida que no hay que forzar, que si tienen que llegar llegan y cuando llegan son maravillosas, que no intentemos seguir un manual en aquello que simplemente no se sabe explicar con palabras. En los sentimientos auténticos no somos capaces de mandar.

Cambiemos de tercio y continuemos con otro objetivo que transformarlo en natural nos ayudaría bastante, es el hecho de querernos superar día a día. Intentar dejar a un lado el modo competición-ambición en el que nos movemos y potenciar el hecho de hacer las cosas con ambición por propio convencimiento puede ser una buena manera de crecer en todos los ámbitos. Tender a la mejora de manera espontánea y natural sin necesidad de luchas puede que sea mucho más eficaz y gratificante tanto a nivel personal como laboral. No es tan difícil, solo hay que tener claro en qué quieres mejorar y el cómo te lo darán esas herramientas que te pertenecen y que a veces hay que desempolvar.

Aunque me repita con esta frase, lo que a mí me funciona no tiene que funcionarte a ti, no te quiero convencer de nada, esto es una simple reflexión que viene de mi propia experiencia y de observar alrededor; por suerte me funciona y puedo decir que soy feliz gracias a ello pero también soy consciente de que la realidad de muchas personas no es la misma y animo a que busquen su fórmula para conseguir guiar su vida y no sea ésta la que les arrastre a ellos.

Alfonso González Gómez 

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