SER MAMÁ Y PAPÁ, EL DECIMOQUINTO 8000


La experiencia de ser papá depende de muchas cosas entre ellas del carácter del niño/a y del padre/madre y para algunos puede equivaler a la ascensión de uno de estos 14 picos de más de 8000 metros. No existe reglas universales que valgan a todo el mundo pero lo que sí puede que sea común es que la vida pasa a ser algo más compleja simplemente porque necesitas su particular OK hasta para echarte la siesta. Aprender a navegar esta etapa de la vida en la que muchas acciones cotidianas quedan supeditadas a la incógnita de cómo se dé la merienda del día de hoy (por ejemplo) hay veces que se hace cuesta arriba.
Existen varias clases de padres desde mi punto de vista: están los que no lo serán nunca por muchos hijos que traigan al mundo, los que lo llevan en su ADN y lidian con ello como lo hacen con la misma vida, disfrutando lo buenísimo y relativizando lo complicado y están aquellos que les supone un extra importante de energía física y psíquica porque no terminan de encontrar el equilibrio ya que nadie te enseña a ser papá y puede que sea de las experiencias más volubles del ser humano, tan pronto estás arriba como abajo o en medio.
Yo soy de estos últimos y no tengo reparo en reconocerlo, en ocasiones pienso que no sé cómo no nos hemos extinguido como especie y a la vez tampoco sé vivir de otra manera. Hablo desde esta perspectiva ya que es la que mejor conozco y lo hago porque creo que compartir experiencias es enriquecedor tanto para el que las cuenta como para el que las lee pero como he dicho al principio, aquí uno más uno no siempre son dos.
Hoy estoy aprendiendo que al igual que los adultos son como son y no como nosotros queremos que sean, en los niños quizá pase igual, el hecho de tener que educarlos no significa que tengamos que moldearlos pero llevarlo a cabo es una tarea harto complicada. El hecho de responsabilizarte de tu papel como padre en ocasiones te nubla el raciocinio y no eres capaz de simplificar lo simple. En mi caso me resulta muy frustrante en algunas ocasiones porque llevo muchos años quitándole hierro a la vida y resulta que muchas veces no sé aplicarlo en esta faceta, una de las más importantes de la vida en sí. Supongo que habrá que dejarse llevar y no fustigarse por no encontrar la manera de que el niño obedezca y aprender a asumir que poco a poco lo hará viendo en sus padres actitudes de las que consideramos normales. Habrá que proyectar con acciones aquello que quieres conseguir ya que lo único que está en tu mano es eso; no frustrarse para no frustrar, no enfadarse para no enfadar, obedecer para que obedezcan, querer para que quieran… parece sencillo y para muchos lo será, yo continuaré en mi intento de conseguir hacer sencillo lo sencillo y llevar a mi terreno lo complicado.
Enhorabuena a todas esas madres y padres que consiguen superarse día a día, etapa a etapa, momento a momento y mucho ánimo para seguir tirando del carro. Fácil no es pero imposible mucho menos. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA HISTORIA DE UN LIBRO QUE NO IBA PARA LIBRO

RESPONSABILIZATE, NO TE ESCONDAS.

LA ESENCIA DE RELATOS DE ALGUIEN COMO TÚ